PIEL Y FRÍO POR MÓNICA BÖHMER
enero 02, 2024

PIEL Y FRÍO POR MÓNICA BÖHMER

Como proteger la piel del frío y la calefacción

En invierno nuestra piel pierde fuerza, hidratación y luminosidad ya que tiene memoria frente a todas las agresiones que sufre. En invierno del frío y en verano del sol.

Las heladas hacen que los vasos sanguíneos (capilares) se contraigan para así mantener la temperatura en las capas bajas de la piel. Por tal razón la circulación sanguínea se reduce, y la piel recibe menos oxígeno y nutrientes. Las bajas temperaturas producen sequedad, tirantez, rojez, rosácea en nuestra cara. También aparecen manchas rojizas en nariz, pómulos y mejillas.

La calefacción produce un efecto inverso al frío, dilata los vasos sanguíneos por lo que aparecen las rojeces y rosácea en la cara.
Las zonas que más sufren los efectos de estos cambios extremos de temperatura son aquellas con mayor exposición como el rostro y las manos.

Las pieles sensibles y secas son las más dañadas.
En esta época es importante reforzar la barrera protectora de la piel con cremas nutritivas y reparadoras. Las fórmulas ideales son con principios activos como el ácido hialurónico, aceites vegetales y antioxidantes como la Vitamina C y E para proteger las células de los radicales libres y aumentar las defensas y luminosidad de la piel.

Las pieles grasas, muchas veces se descuidan ya que se piensa que el manto hidrolipídico que tienen las protege de la calefacción y del frío. Pero, también los cambios bruscos de temperatura hacen que se deshidrate. Ideal es aplicar cremas con principios activos como las Vitaminas A,C,E., antioxidantes y AHA más Retinol con el fin de regenerar y prevenir la formación de radicales libres. También combate el estrés oxidativo de la piel, devolviéndole la luminosidad.

Una piel con rosácea puede presentar algunas pústulas y enrojecerse bruscamente con la calefacción y el frío. Es un proceso inflamatorio y por lo tanto una desregulación vascular. Se recomienda en este tiempo aplicarse máscaras con Aloe Vera y cremas con Vitamina E y Zinc.

Y por último, no hay que olvidar que la radiación solar no es exclusiva del verano, está presente todo el año. En días de invierno, las nubes son capaces de bloquear solo un 20% de los rayos solares. Por eso, hay que aplicar los 365 días del año protector solar de esta manera se evitará el fotoenvejecimiento de la piel.